martes, 22 de abril de 2014

Los domingos, carrera larga.


Por Antonio Burgos
   Las mejores tradiciones son las que nacen sin que sus partícipes se den cuenta, de manera natural y sin voluntad de instituirlas. Así, son las más fuertes, las que más se disfrutan y las que no te obligan a tomar parte cuando no te viene bien, tienes otros compromisos o simplemente ese día no tienes ganas. No pasa nada. Cuando puedes y quieres siempre tienes tu lugar y no te ponen falta. Por eso no recuerdo bien cuándo empezaron los rodajes de los domingos.  Anteriormente algunos aprovechábamos esas mañanas para hacer la tirada larga con nuestro círculo deportivo más cercano. Yo, como parte del grupo de Lorena, salía con Silvia, Salva y Cordero. Por otro lado, Blas, Manolo González, Antonio López, Mauricio y otros hacían lo mismo. Cada grupo por su lado. El club estaba recién creado o aún sin crear, no sé. El Poli era nuestro punto de encuentro entre semana y allí se fue fraguando el rodaje dominguero,  bajo el principio de "cuantos más,  mejor". Esta es la ocasión en que más compañeros nos juntamos para entrenar. A veces llegamos a ser casi veinte y ocupamos toda la calzada. La hora y el lugar se concreta en el grupo de whatsapp  “Los domingos carrera”. En otoño e invierno la cita es en Los Pinos y en verano en el Burger King del puerto. 
   Los primeros kilómetros son tranquilos, a un ritmo que permite la charla y la broma. Comentamos las últimas carreras y repasamos las que quedan, hablamos de lesiones, partidos de fútbol, Manolo Marín cuenta sus batallitas y chincha a Manolo González, etc.  Nos marcamos unos a otros, atentos a quién se pone a tirar en cabeza para afeárselo. Tenemos nuestras tácticas clásicas: los tirones y carreras de espaldas del Presi o los recortes de Silvia (Piernastijeras).  Según algunos, es a  Salva a quien jalean y  pitan ciertos  noctámbulos en su resaca matinal. Poco a poco el ritmo se aviva. El culpable suele ser Mauri, que al empezar siempre asegura que esta vez va a ir tranquilo. El grupo se va dividiendo y según las fuerzas tenemos unos compañeros u otros,  ninguno si nos ha dado la pájara. Blas está siempre en cabeza, con quien lo aguante. Desperdigados,  volvemos al punto de salida y hablamos de cómo le ha ido a cada uno, de quién está fuerte y quién ha tenido un mal día, tomando nota del estado de nuestros íntimos rivales mientras estiramos y bebemos agua. Si hemos salido del puerto y hace buen día terminamos con un estimulante baño en la playa. 
   Son muchos los miembros de esta extraña cofradía. Sabiendo que algún nombre se  me escapará, el cartel suele ser el siguiente:  Silvia, Herminia, Paola, Manolo González, Blas, Manolo Marín, Antonio López, Curro, Ángel, Salva, Víctor, Berrocal, Mauri, Andrés, Peluki, Mario Platero, Luis Enrique, Mario Correal y  El Burgos. Si eres de los que aún no conoces esta tradición, siempre acogemos bien a los nuevos hermanos. Te esperamos.

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